La epidemia por COVID-19 se declaró en la ciudad china de Wuhan en diciembre del 2019 y rápidamente se extendió por China y otros países, siendo declarada por la Organización Mundial de la Salud una pandemia el 11/03/2020.
Esto ha provocado la adopción por los diferentes gobiernos de las correspondientes medidas en el ámbito social, económico y sanitario. En este último aspecto, ha supuesto la reorganización total de los sistemas sanitarios para poder atender, casi en exclusivo, la avalancha de pacientes afectados.
Así, según órdenes de nuestras autoridades sanitarias, sólo deben operarse de manera programada los pacientes no demorables (fundamentalmente con cáncer) y urgentes. Esto tiene como objetivo reducir la utilización de material sanitario, como camas, ventiladores y equipos de protección personal, así como minimizar la posibilidad de contagio del personal sanitario y de los pacientes.
La Asociación Española de Cirujanos ha establecido una serie de recomendaciones, de las cuales la más importante es que en los pacientes subsidiarios de cirugía debe catalogarse previamente su situación con respecto a COVID mediante una prueba de PCR.
CIRUGIA URGENTE
La asistencia quirúrgica urgente debe estar asegurada en todo momento. Dado que la PCR puede tardar entre 6 y 8h, en caso que no se puede esperar, se pueden realizar test rápidos o sospechar la infección mediante la realización de un TAC de tórax.
Dado que se ha informado que puede haber un peor pronóstico y una mayor tasa de complicaciones en pacientes COVID positivos tras la cirugía, se ha propuesto el tratamiento conservador (sin cirugía), cuando sea posible (p.e. en apendicitis incipientes). Aunque hay estudios contradictorios, en principio no está contraindicada la realización de laparoscopia.
CIRUGIA ONCOLÓGICA
En general, los pacientes con cáncer son más susceptibles a la infección que las personas sin cáncer debido tanto al proceso maligno en sí como al estado de inmunosupresión causado por los tratamientos recibidos, como la quimioterapia o la cirugía. Por lo tanto, estos pacientes pueden tener un mayor riesgo de COVID-19 y tener un peor pronóstico.
La decisión sobre la intervención se debe de tomar de manera individualizada, tomando en consideración la situación local (tasa de infecciones, disponibilidad de material, camas de UCI, ventiladores,…), el riesgo de progresión del tumor y el de desarrollo de complicaciones si no se opera.
En general, en pacientes COVID positivo debe priorizarse el tratamiento de la infección sobre el del cáncer, excepto en situaciones urgentes y cuando el pronóstico de la neoplasia no admite una demora de 6-8 semanas en el tratamiento.
En pacientes COVID negativo, podría plantearse la cirugía debiendo valorar, como siempre, la situación epidemiológica. No obstante, las decisiones deben individualizarse después de considerar los objetivos generales del tratamiento, el estadio tumoral, así como el estado general del paciente. En pacientes en los que se está administrando tratamiento previo a la cirugía puede valorarse la decisión de dar un nuevo ciclo para demorar la cirugía.
CIRUGIA DE LA OBESIDAD
Según recomendaciones de la International Federation for the Surgery of Obesity (IFSO), cualquier procedimiento quirúrgico o endoscópico para tratar la obesidad debe ser retrasado mientras dure la pandemia. Sólo deben intervenirse las complicaciones graves (p.e. sangrado, hemorragia,…) derivadas de un procedimiento previo y que no responden a tratamiento conservador.
ADDENDUM
Con fecha 24/04/2020, dado que se ha superado la fase crítica de la crisis sanitaria, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía publica una resolución en la que estima conveniente iniciar una normalización gradual de la asistencia sanitaria, tanto en el ámbito público como privado.
Así, entre otras medidas, autoriza a reanudar todas las cirugías. En caso de que se prevea la necesidad de UCI, hay que valorar previamente la existencia de una reserva de camas suficiente para pacientes con coronavirus.
Es obligatorio a todos los pacientes a los que se va a realizar una cirugía o procedimiento invasivo la realización de una PCR para descartar la infección por coronavirus.