Cirugía de la Pared Abdominal

CIRUGÍA DE LA HERNIA.

Las hernias consisten en la salida de alguna estructura contenida en la cavidad abdominal a través de orificios naturales (hernia inguinal, crural o umbilical) o de orificios producidos durante el cierre de incisiones abdominales previas (hernia incisional o eventración).

El único tratamiento efectivo para su curación es la cirugía, la cual puede ser abierta o laparoscópica.
La aplicación de materiales protésicos (mallas) durante su reparación ha producido un descenso drástico del porcentaje de recidivas ( reducción de un 50-75% del riesgo de recidiva )

Posibles complicaciones: van a diferir dependiendo de la localización de la hernia. En general, el rechazo de malla está más relacionado con una infección de la misma, que de una intolerancia al material. El porcentaje de recidiva tras el uso de mallas se estima en un 4% a los 18 meses.

Cirugía de la pared abdominal en Córdoba

HERNIA DEL DEPORTISTA.

Constituye una entidad especial, que se manifiesta como un dolor en la región inguino-crural relacionado con la realización de prácticas deportivas. A diferencia de las otras hernias, no se produce protrusión de contenido abdominal, y está producida por una debilidad o desgarro de la pared posterior del canal inguinal.

Puede ser necesaria la realización de pruebas de imagen, como una ecografía o una RMN que descarte lesiones osteotendinosas asociadas.

El tratamiento quirúrgico no difiere del realizado sobre la hernia inguinal «tradicional» con la aplicación de material protésico en el suelo del conducto inguinal, siendo casi siempre necesaria fisioterapia posterior. En ocasiones deben realizarse otras técnicas quirúrgicas, como la tenotomía del adductor, para una resolución completa del problema.

DUDAS SOBRE ESTA CIRUGÍA

Dependerá del tipo de hernia que sea, de si es la primera vez o no que se opera  y del tipo de deporte que practica. Como norma general se aconseja desde el día siguiente de la operación movilización sin realizar esfuerzos físicos, es decir, un reposo relativo. Esto se debe mantener entre 3 y 4 semanas, con comienzo a partir de entonces y de manera paulatina, con la actividad física habitual.

Habitualmente siempre se ponen, dado que su uso ha hecho que la posibilidad de recidiva haya disminuido llamativamente. Tan sólo  en hernias umbilicales de pequeño tamaño (menos de 1-1’5 cm de diámetro) puede decidirse no ponerlas. Los problemas principales que pueden provocar son un aumento del porcentaje de seromas (acúmulo de líquido) y el rechazo. Sin embargo, el balance favorable de los beneficios que aporta  con respecto a las complicaciones ha hecho que su uso sea casi siempre aconsejado.

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